La autoridad laboral también destapa 
abusos y fraude sin que sus inspectores pongan un pie en los centros de 
trabajo. Una sola carta "informativa" de la Inspección de Trabajo, en la
 que advierte a las empresas de que han detectado un presunto fraude en 
la contratación de sus trabajadores, logra que los empleadores 
regularicen miles de puestos de trabajo de manera "voluntaria". Este 
año, entre agosto y octubre, se han beneficiado de esta actuación 81.714
 trabajadores, según el Ministerio de Trabajo.
De 
estas 81.714 personas, 59.359 trabajadores han pasado de tener contratos
 temporales (o por Obra y Servicio) a indefinidos en sus empresas y 22.355 empleados que tenían 
contratos a tiempo parcial han logrado ampliar sus jornadas laborales. 
En el caso de 12.305 trabajadores los incrementos de la jornada son 
iguales o superiores al 50% respecto a lo que figuraba en sus contratos 
hasta el momento, por lo que se presume que sus empleadores mantenían la
 mitad de su jornada o incluso más en la economía sumergida.
Son los resultados de la primera fase de los Planes de 
Choque aprobados por el Gobierno contra la temporalidad y la parcialidad
 abusivas, que se aplicaron por primera vez el año pasado y que el 
Ejecutivo volvió a lanzar este 2019. En total, este año se mandaron 85.000 misivas a empresas presuntamente incumplidoras, que afectaban a un total de 238.015 empleados, lo que supuso un aumento de las compañías y trabajadores alcanzados. 
¿En
 qué consisten estos planes y cómo detecta la Inspección de Trabajo los 
presuntos incumplimientos? Las campañas cuentan con dos fases. En la 
primera, la autoridad laboral da un plazo para las regularizaciones 
"voluntarias", como las denomina el Ministerio. La Inspección de Trabajo
 envía las cartas con los presuntos incumplimientos a las empresas, tras
 detectar indicios de fraude a través de la Herramienta de Lucha contra 
el fraude. Se informa en las misivas de los datos obtenidos e insta a 
las compañías a regularizar los contratos de forma "voluntaria" o 
justificar que se está cumpliendo con la ley (si es el caso).
La
 segunda fase de los planes pasa por comprobar qué han hecho las 
empresas con estos avisos. Cuando los empleadores no modifican los 
contratos, o solo lo hacen parcialmente, son "objeto de una actuación 
por parte de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social para la 
comprobación de tales extremos", recoge la instrucción de la autoridad 
laboral que dirige la actuación de los inspectores.
Se repite la efectividad de 2018
El
 Gobierno volvió a lanzar estos dos Planes de choque 
este año después de considerar que habían tenido muy buenos resultados 
en su primera puesta en marcha, el año pasado. En las campañas de 2018, 
se transformaron 61.445 contratos temporales fraudulentos en indefinidos
 –el 76% de los afectados por el plan– y 8.824 personas con contratos 
abusivos a tiempo parcial vieron ampliar su jornada de trabajo –el 17,5%
 de los casos analizados–.
Si se atiende solo a la 
primera fase del año pasado y de este 2019, se observa que por el 
momento se repite la efectividad de los planes, e incluso se mejora un 
poco en el caso de la temporalidad abusiva.
En la 
etapa de regularizaciones "voluntarias" de 2018, las empresas 
convirtieron en indefinidos a 51.941 trabajadores temporales (el 64,50% 
del total de trabajadores alcanzados por esta campaña). En el plan 
contra la parcialidad fraudulenta, las cartas motivaron la ampliación 
directa de la jornada de 7.591 personas (el 15% del total de 
trabajadores analizados).
Este año, el porcentaje de 
efectividad en esta primera fase mejora un poco en la campaña contra la 
falsa temporalidad (66,5%) y se mantiene igual en el plan sobre 
contratos parciales (15%).
El Ministerio de Trabajo 
explicó el año pasado la menor efectividad de la campaña contra la 
parcialidad abusiva por la mayor dificultad para detectarla, para lo que
 esperaba que el nuevo registro de jornada obligatorio facilitara la 
tarea de la Inspección de Trabajo. El control horario está en vigor 
desde el pasado 12 de mayo, pero muchas empresas aún no lo han 
implantado pese a ser obligatorio. El sector de la banca, por ejemplo, 
firmó esta semana el acuerdo con los sindicatos sobre el registro y se ha dado tres meses para implantarlo.
Fuentes
 del Ministerio de Trabajo precisan que la modificación de contratos 
parciales "efectivamente sigue siendo baja si la comparamos con la 
conversión en indefinidos, pero dentro de esto, la Inspección está 
razonablemente satisfecha" con los resultados. Estas fuentes oficiales 
reconocen que "el registro de jornada tiene una implantación lenta", 
pero añaden que "poco a poco va dando resultados".
En 
el Ministerio recuerdan en cualquier caso que "ahora hay que esperar a 
la fase de inspección" y que los resultados finales dependerán de "si 
efectivamente los indicios de incumplimiento detectados eran tales o si 
por el contrario son jornadas parciales justificadas".
 
 
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