Tras los injustos despidos de tres empleados en Sopra por negarse a hacer guardias, ha tenido lugar el acto de conciliación por la demanda de impugnación.
El representante de la empresa, casi antes de dar los buenos días, ha ofrecido la indemnización máxima por despido improcedente (45 días por año trabajado hasta febrero de 2012 y 33 a partir de esa fecha). Ante la negativa de uno de los despedidos, la empresa ha ofrecido una cantidad aún mayor: 50 días por año trabajado. Lo que sea para evitar la readmisión.
Esta oferta demuestra que la empresa es perfectamente consciente de que el despido fue un mero acto de represión, y de que tiene todas las de perder en caso de llegar a juicio. Como John Hammond, no repara en gastos cuando se trata de silenciar a empleados que conocen sus derechos, los ejercen e informan a sus compañeras y compañeros.
Es una demostración también de que la lucha sindical que hemos llevado a cabo sirve para que Sopra sepa que cualquier agresión tendrá respuesta, y que su imagen de empresa "líder en el sector" se puede ver muy dañada.
La conciliación se firmó sin avenencia. No es una cuestión de dinero, sino de derechos. Las empresas están muy acostumbradas a hacer lo que les da la gana y a librarse fácilmente de quien les molesta, pero eso se acabó.
La lucha por la readmisión continúa.
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